miércoles, 20 de febrero de 2013

Intocable


¡Feliz Año Nuevo, mis queridos lectores! Bueno, es verdad que esto no pega demasiado a día de hoy, veinte de febrero, pero espero que me disculpéis, pues os aseguro que no he dispuesto de tiempo hasta ahora para recostarme en el sofá, encender el ordenador, y disfrutar de mi hobbie favorito… 

Para celebrar que por fin nos hemos reencontrado, hoy os presento… ¡una película!  Hace unos meses la vimos en clase de francés, y, a pesar de no enterarme de la mitad debido a mi escaso dominio del idioma, ya se convirtió entonces en una de mis favoritas.  Hace poco la pude disfrutar en un esclarecedor español, y, por eso, ahora puedo hablar sobre ella con un poco más de conocimiento...

Fue estrenada en 2011, y está basada en hechos reales. Sus protagonistas se llaman Driss y Philippe y, a pesar de pertenecer a entornos totalmente opuestos, pues Driss proviene de los suburbios de París  y Philippe pertenece a la élite parisina, entre ellos irá surgiendo una amistad muy especial.  Mientras que el carácter fresco, divertido y algo brusco de Driss hace “rejuvenecer” por dentro a Philippe, éste se encarga de “reeducar” a Driss, introduciéndole en el ambiente refinado que hasta ahora desconocía.
 ¿Qué les llevó a forjar esa increíble amistad? Una entrevista de trabajo de tan solo unos pocos minutos. A Driss nunca se le pasó por la cabeza que su vida pudiese dar un vuelco, al colarse en una “ronda” de entrevistas en un palacete parisino, donde Philippe, tetrapléjico a causa de un accidente,  buscaba sin descanso a un asistente algo convincente, “que no tuviese piedad de él”, según sus propias palabras.


Además de la trama, muy interesante y original, y la miscelánea musical que se escucha a lo largo del film, una de las características más atrayentes fue, sin duda, el humor inocente y a la vez pícaro de Driss, y la ironía de Philippe. Estos dos elementos formaron un combinado de carcajadas que me hicieron disfrutar desde principio a fin, especialmente una escena tronchante en la cual Driss, tras ser sometido a un pequeño “examen” musical por Philippe , se mueve al ritmo de Earth, Wind and Fire, animando una aburrida fiesta de cumpleaños.

Aunque no todo son risas y bromas. La película, cargada también de valores y momentos realmente emotivos, me ha enseñado la cara de la amistad en la que mejor se demuestran los lazos que unen a las personas: el sufrimiento. Driss siempre estuvo con Philippe en los momentos divertidos, pero también en los que no lo eran. Le supo entender y animar cuando lo pasaba mal debido a su tetraplejia, o a la ansiedad e inseguridades que ésta le provocaba. Por tanto, la película nos enseña que la verdadera amistad (aunque suene algo cursi) no se ciñe únicamente a las bromas diarias o a lo superficial, sino que busca algo más, y se agarra a esos momentos en los que, si no fuera por el otro, uno se derrumbaría.



Por todo ello, recomiendo “Intocable” a todo aquel que desee pasar un buen rato delante del televisor, y os invito, como siempre, a que dejéis aquí  vuestro comentario o vuestra opinión acerca de la película.