Hace tiempo escribí una entrada acerca de la exitosa película Django Desencadenado, de Tarantino. En mi reseña argumenté muy a favor de dicho film ya que, además de todas las características que hacen de éste una obra maestra, consiguió provocar en mí un cambio en mi forma de ver cine, cosa que pocas películas consiguen... Desde que apagué el televisor tras degustar esta brillante película, no he vuelto a ser la misma cinéfila de siempre... En cierto sentido, crecí, pegué un estirón cinéfilo...
Comencé a exigirme más en cuestiones de series y películas. Ya habían quedado muy atrás las sagas juveniles tipo Los Juegos Del Hambre o las comedias románticas al estilo de Crazy Stupid Love que, de un día para otro, dejaron de parecerme entretenidas y merecedoras del escaso tiempo del que disponemos para sentarnos frente a una pantalla. De un día para otro, las series a las que estaba enganchada, como Crónicas Vampíricas , dejaron de ser suficientes para mí. Cual "caminante" con hambre insaciable, ansiaba material de más calidad, de más profundidad, de más estilo Tarantino... algo que quebrantara las leyes de la televisión y me planteara un reto. Algo trangresor y novedoso, irrepetible y único, salvaje y sin escrúpulos. Y, de repente, lo encontré.
Ya había intentado probar una dosis de The Walking Dead hacía años, bajo recomendación de mi prima, experta en este tipo de series. Sin embargo, mi todavía inexperto estómago no consiguió resistir a la experiencia. Hace varios meses volví a intentar acabar un capítulo sin apartar la mirada de la pantalla. Como Tarantino me había curtido de sobra, no solo superé la prueba y dejé de imaginarme que un zombi entraba por la ventana, sino que encontré lo que andaba buscando: una serie de calidad, que cumplía mis altas expectativas y anhelos. Me enganché sin remedio y, a día de hoy, ya he engullido con ferocidad las cuatro temporadas y media que ha emitido la cadena AMC y estoy a la ferviente espera de que su creador Kirkman estrene la segunda mitad de la quinta la semana que viene.
¿Por qué me ha encandilado tanto esta serie que, aparentemente, solo se basa en gore y zombis a diestro y siniestro?
Fácil respuesta: ésta es una serie de "fuera de serie". Son un conjunto de elementos perfectamente combinados los que hacen que la serie The Walking Dead sea altamente recomendable para amantes de la aventura y el riesgo televisivo.
Por una parte, Robert Kirkman, creador de los cómics en los que se basa la serie y, por consiguiente, guionista y productor, ha hecho una labor asombrosa con la trama, los personajes, los diálogos y los desenlaces. Cada temporada explora con precisión el crecimiento emocional de los personajes y sus emociones, sentimientos y percepciones más profundos, permitiendo al espectador participar del apocalipsis zombi que vaticina la serie de forma casi real. Además, los nudos que va enredando Kirkman entre los protagonistas son complejos y exige no apartar la atención de la pantalla un solo momento para entenderlos, lo que crea ese ambiente de suspense y tensión que tanto nos gusta a sus seguidores... Cada vez que alguien me pregunta por qué veo esas cosas, respondo que lo que me gusta no es ver "caminantes" en sí, sino cómo viven los sobrevivientes esa experiencia, cómo reacciona la parte más natural del ser humano a las situaciones límite...
Por otra parte, la trama es conjugada con una ambientación y fotografía que pocas series de ficción consiguen... Cada plano de cada episodio transmite a la perfección la imagen de devastación, soledad y caos que se pretende hacer llegar al espectador. Esta imagen también es transmitida, cómo no, por el asombroso maquillaje de los "caminantes", razón por la cual tuve que dejar de ver la serie la primera vez que me sumergí en ella. Y no solo el maquillaje de los zombis es el más logrado; la imagen de los protagonistas está cuidada hasta el extremo, mostrando el paso del tiempo y el cambio de personalidad de cada uno. Además, y virando hacia otro tema que también valoro mucho en la televisión, la banda sonora que acompaña a los personajes en su lucha por sobrevivir es realmente estimulante, pues al escucharla, en especial la de apertura, se genera en el interior del espectador la necesidad de seguir viendo más The Walking Dead, más historia, más aventura.
Ahora solo me queda recomendaros que deis una oportunidad a esta serie, como ya dije al principio, "fuera de serie", pues seguro no os decepcionará. Eso sí, si sois muy sensibles a la sangre, o de estómago frágil, tened cuidado con los "caminantes"...
Comencé a exigirme más en cuestiones de series y películas. Ya habían quedado muy atrás las sagas juveniles tipo Los Juegos Del Hambre o las comedias románticas al estilo de Crazy Stupid Love que, de un día para otro, dejaron de parecerme entretenidas y merecedoras del escaso tiempo del que disponemos para sentarnos frente a una pantalla. De un día para otro, las series a las que estaba enganchada, como Crónicas Vampíricas , dejaron de ser suficientes para mí. Cual "caminante" con hambre insaciable, ansiaba material de más calidad, de más profundidad, de más estilo Tarantino... algo que quebrantara las leyes de la televisión y me planteara un reto. Algo trangresor y novedoso, irrepetible y único, salvaje y sin escrúpulos. Y, de repente, lo encontré.
Ya había intentado probar una dosis de The Walking Dead hacía años, bajo recomendación de mi prima, experta en este tipo de series. Sin embargo, mi todavía inexperto estómago no consiguió resistir a la experiencia. Hace varios meses volví a intentar acabar un capítulo sin apartar la mirada de la pantalla. Como Tarantino me había curtido de sobra, no solo superé la prueba y dejé de imaginarme que un zombi entraba por la ventana, sino que encontré lo que andaba buscando: una serie de calidad, que cumplía mis altas expectativas y anhelos. Me enganché sin remedio y, a día de hoy, ya he engullido con ferocidad las cuatro temporadas y media que ha emitido la cadena AMC y estoy a la ferviente espera de que su creador Kirkman estrene la segunda mitad de la quinta la semana que viene.
¿Por qué me ha encandilado tanto esta serie que, aparentemente, solo se basa en gore y zombis a diestro y siniestro?
Fácil respuesta: ésta es una serie de "fuera de serie". Son un conjunto de elementos perfectamente combinados los que hacen que la serie The Walking Dead sea altamente recomendable para amantes de la aventura y el riesgo televisivo.
Por una parte, Robert Kirkman, creador de los cómics en los que se basa la serie y, por consiguiente, guionista y productor, ha hecho una labor asombrosa con la trama, los personajes, los diálogos y los desenlaces. Cada temporada explora con precisión el crecimiento emocional de los personajes y sus emociones, sentimientos y percepciones más profundos, permitiendo al espectador participar del apocalipsis zombi que vaticina la serie de forma casi real. Además, los nudos que va enredando Kirkman entre los protagonistas son complejos y exige no apartar la atención de la pantalla un solo momento para entenderlos, lo que crea ese ambiente de suspense y tensión que tanto nos gusta a sus seguidores... Cada vez que alguien me pregunta por qué veo esas cosas, respondo que lo que me gusta no es ver "caminantes" en sí, sino cómo viven los sobrevivientes esa experiencia, cómo reacciona la parte más natural del ser humano a las situaciones límite...
Por otra parte, la trama es conjugada con una ambientación y fotografía que pocas series de ficción consiguen... Cada plano de cada episodio transmite a la perfección la imagen de devastación, soledad y caos que se pretende hacer llegar al espectador. Esta imagen también es transmitida, cómo no, por el asombroso maquillaje de los "caminantes", razón por la cual tuve que dejar de ver la serie la primera vez que me sumergí en ella. Y no solo el maquillaje de los zombis es el más logrado; la imagen de los protagonistas está cuidada hasta el extremo, mostrando el paso del tiempo y el cambio de personalidad de cada uno. Además, y virando hacia otro tema que también valoro mucho en la televisión, la banda sonora que acompaña a los personajes en su lucha por sobrevivir es realmente estimulante, pues al escucharla, en especial la de apertura, se genera en el interior del espectador la necesidad de seguir viendo más The Walking Dead, más historia, más aventura.
Ahora solo me queda recomendaros que deis una oportunidad a esta serie, como ya dije al principio, "fuera de serie", pues seguro no os decepcionará. Eso sí, si sois muy sensibles a la sangre, o de estómago frágil, tened cuidado con los "caminantes"...