martes, 8 de mayo de 2018

August y yo

"¿Sabes qué significa ser un niño? Significa ser algo muy diferente al hombre que eres ahora. Significa tener un espíritu que sigue brotando de las aguas del bautismo; significa creer en el amor, creer en la belleza, creer en la fe; significa ser tan pequeño que los duendes alcancen a susurrarte al oído; significa convertir calabazas en carrozas, ratones en caballos, humildad en nobleza y escasez en abundancia, pues cada niño tiene a su hada madrina en su propia alma; significa vivir en una cáscara de nuez y considerarse el rey del espacio infinito", Francis Thompson, Shelley. 

Recuerdo haber leído el best seller de R.J. Palacio, Wonder (La lección de August, en español), hace ya mucho tiempo, y pensar que fue una lectura inolvidable, que, como a millones de lectores en todo el mundo, me atrapó por completo. En su aclamado debut como autora publicada, Palacio nos narraba la emotiva y ejemplar historia de Auggie, un niño que con apenas 11 años debe afrontar por primera vez en su vida un curso en el colegio con una grave malformación facial debido a una enfermedad que sufrió tras nacer, y que a lo largo de su vida le acarreó centenares de miradas indiscretas, y la sensación de que, pese a ser un chico normal apasionado por Star Wars y los planetas y astronautas, el resto del mundo lo temía al ver su rostro diferente y extraño. El libro nos narra, desde distintos puntos de vista, el del propio Auggie, y su familia y amigos, su arduo viaje a través de quinto de primaria, los sinsabores de saberse en el punto de mira de todos los cuchicheos e incluso acoso, y su lucha por hacer de sus desventuras su mayor fortaleza para demostrar al mundo una gran lección de vida.
Pero aquí no he venido a hablar de "ese" libro, sino de una suerte de "spin-off" que la escritora ha publicado sobre tres personajes secundarios de Wonder, que titula August y yo. Al principio de la novela, R.J. Palacio nos aclara que no se trata de una continuación de la historia principal, sino de tres relatos anejos al tiempo en el que transcurre Wonder: Julian, el niño que a todos nos caía mal por ser el principal acosador de Auggie en el colegio; Christopher, su amigo de la infancia que perdió el contacto con Auggie tras trasladarse de la zona donde vivían ambos; y Charlotte, la cordial "amiga de bienvenida" de August que lo recibe en sus primeros días en el colegio pero con el que apenas vuelve a tener trato. 

La autora sabía que Julian tenía una historia que contar, más que por justificar sus acciones, que son injustificables, por tratar de entenderlo mejor ya que, como dice Palacio, al fin y al cabo Julian sigue siendo un niño y no es en verdad "mal chico", sino que ha cometido errores que, si bien no lo definen, debe encontrar el modo de aceptarlos, o querer aceptarlos, para remediarlos. Por otra parte, Christopher ha pasado por mucho con su amigo, pero pierde el contacto con él tras mudarse porque, si ya es tentador dar la espalda a una amistad cuando las cosas se ponen difíciles en la mejores circunstancias, Christopher lo tiene aun mas complicado tratándose de un amigo como Auggie, con las miradas de extrañeza que provoca y la especial atención que muchas veces requiere. Por último, Charlotte es siempre buena y cordial con sus compañeros, la típica "santa", como la llaman en clase, pero nunca va más allá de ser simplemente buena, ya que dar un paso para cambiar las cosas es un riesgo que a una niña como ella, presionada por la opinión que de ella tienen los demás, le costará tomar. 

Comencé esta continuación o "spin-off" de Wonder con recelo, pues el libro principal me parece una auténtica joya, pero este no se queda para nada corto. La capacidad de R.J. Palacio de tomar el lugar de un niño de 11 años, y transmitir cómo le afectan y cambian las experiencias de la vida desde ese punto de vista, es asombrosa. Aunque en este caso son tres perspectivas muy distintas a la de Auggie en la historia principal, tratándose esta vez de personas ordinarias afectadas por unas circunstancias extraordinarias, precisamente por ello refleja cómo se han podido sentir muchos niños en sus relaciones de amistad (o enemistad) y creo que debería ser, igual que Wonder, una lectura recomendada para cualquier edad, por todo lo que tiene que enseñar: que las personas no deben ser juzgadas por nuestras primeras impresiones de ellas, pues seguro nos van a sorprender y aportar muchas cosas bonitas que merecen la pena y que de otra forma no llegaríamos a vivir; que, por ende, no debemos temer lo desconocido, pues el miedo es un arma de doble filo que, aun protectora, puede hacer que nos perdamos muchas aventuras inesperadas o incluso sacar lo peor de nosotros mismos, aunque en esencia no seamos "malos"; que los amigos, en definitiva, son un tesoro que debemos cuidar, al igual que nuestras familias y seres queridos, y las personas, aun cometiendo errores porque es así, somos personas y no somos perfectas, tenemos en nuestra mano decidir qué versión de nosotros mismos queremos ser cada día al salir al mundo.  

¿Estamos orgullosos de quiénes hemos sido cada día cuando nos acostamos por la noche? Creo que este libro es una gran oportunidad, no solo para los niños que como los personajes se encuentran en su proceso de madurez, sino para toda persona en sus relaciones con los demás , para hacer un poco de introspección: ¿Debería enviar esa "carta de disculpa" a ese alguien con el que sé que no me he portado lo bien que se merecía? ¿Debería hacer esa llamada telefónica al viejo amigo del que cada día me ha sido más fácil distanciarme, ponga la excusa que ponga para justificarme, porque quizás ahora me necesita más que nunca? ¿O quizás he tratado injustamente a un familiar que solo desea lo mejor para mí? ¿Es hora ya de dejarme de "diagramas de Venn" y atreverme a conocer a esas personas de las que yo mismo o misma me he construido un muro alrededor antes de tiempo?
Como reza el precepto que abre el capítulo de Julian: "Sé amable, pues toda persona con quien te encuentras está librando una dura batalla", por Ian Maclaren. 

Aquí os dejo el trailer de la adaptación de Wonder, que apenas ha sido estrenada hace unos meses, para animaros a sumergiros en esta "wonderful" o maravillosa historia con entrañables personajes, y un mensaje imprescindible.