martes, 30 de diciembre de 2014

Porque es Navidad...

La Navidad. Esa época del año que todos esperamos con ilusión, ya sea por unas razones o por otras... Ese momento de reencuentro, de diversión, de cariño... Esa curiosa mezcla de sensaciones que tanto nos gusta y tanto ansiamos durante el resto del año, aunque algunos lo nieguen con fervor... En el fondo, a todos nos gusta sentir la Navidad...

                               

Viajar en el coche con la familia y cantar juntos al son del disco navideño que cada año ve la luz solo por unos días, pero que nadie se atreve a cambiar por otro distinto...
Abrazar a los familiares y amigos que hacía tiempo que no veías, sentir su cariño, su afecto, su emoción al tenerte entre sus brazos...
Pasear por las calles repletas de rostros felices y satisfechos, mientras contemplas los refulgentes motivos navideños que revisten farolas, escaparates, cornisas, y todo aquello que pueda ser engalanado, y escuchas el incesante murmullo de la vitalidad y el jolgorio, que suele acompañar estas fechas y que revitaliza el espíritu...
Recordar tu niñez y tus travesuras infantiles e inocentes al contemplar el Belén y el árbol que, sin ningún tipo de variación, tus abuelos rescatan del altillo para que participen por unos días de la vida casera que les rodea...
Descorchar la botella de cava y sentir en la garganta el jugoso burbujeo de la refrescante bebida navideña, tras brindar y pedir por todos aquellos a los que quieres...
Deslizarse por la pista de hielo con tus amigos, mientras sus risas, sus bromas, sus pequeños tropiezos y caídas, su incondicional apoyo para que no seas tú la que cae al frío, te rodean y se graban en tu recuerdo...
Encontrar debajo del árbol unos regalos que, solo pensando en tí, los Reyes Magos han querido obsequiarte para que nunca pierdas la ilusión o la esperanza y te sientas, de nuevo, como un niño, quienes son los creyentes incondicionales de todo lo que conforma su mundo...
Contemplar el resplandeciente rostro de los más pequeños al vitorear la cabalgata del cinco de enero, y darte cuenta de que cuando eras como ellos tú también te dejabas la piel en cada instante vivido, y no en planes futuros o recuerdos del pasado...
Enlazar con orgullo alrededor de tu muñeca aquella pulsera de color rojo que tu abuela te regaló hace ya tiempo, para empezar el nuevo año con una prenda del color de la suerte... 
Congregarse alrededor de la televisión y tomar doce uvas en familia, pensando de verdad que si el ritual se lleva a cabo de la forma adecuada viviremos después el mejor año de nuestras vidas...
Volver a ver Love Actually por enésima vez, a modo de invocación para que también tú vivas una de esas historias de amor, terrenales pero a la vez cargadas de magia...
Degustar el sabor tradicional del turrón, de la torta, de los mazapanes, del calendario de chocolate, del roscón, que sabes que sólo vas a probar por esas fechas aunque no entiendas del todo el motivo...
Recibir las felicitaciones de los amigos que conservas en otros lugares, quienes con ello te insuflan un gran regocijo pues sabes que han pensado en tí, que no te olvidan, que de alguna forma te tienen presente en esos momentos tan personales del año, de la misma forma que tú les tienes presentes a ellos...

Al margen de lo que la Navidad significa para los creyentes, ésta es una época especial para todo el mundo, o casi, pues de alguna forma, sea por el aura de ilusión que se respira en el ambiente, sea por las reuniones y reencuentros, algo sucede en estas fechas... Algo mágico, algo inexplicable que nos lleva a comportarnos de distinta manera a la que estilamos el resto del año. No sé qué será, pero definitivamente, es algo especial y único... No nos resistamos a ello. No le pongamos barreras. No cerremos la puerta a este ánimo renovador. Dejemos que ésto nos invada por completo,  pues es una forma de recargar las pilas y las fuerzas para empezar el próximo año de una forma mejor, o, al menos, limpia de las cargas que arrastrábamos del año anterior... 
Yo creo que se trata de la mezcla que acabo de describir, esa miscelánea de sensaciones que únicamente se viven por estas fechas pero que nos hacen renacer y depurar nuestros demonios... Dejo el debate abierto... ¿creéis que me he dejado alguna otra experiencia que se cuela en nosotros por estas fechas y que es importante para comenzar otra página del libro de nuestra vida?

Tras toda esta complicada reflexión navideña (me siento nostálgica estos días) os deseo felices fiestas y próspero año nuevo... de corazón. Os añado además un vídeo que BBC preparó en octubre para felicitar las navidades, y que utilizando el famoso tema de The Beach Boys, God Only Knows,  y a numerosos cantantes reconocidos, consiguió llegar a sorprendernos por su variedad y por su imaginativa fotografía, que transmite esa ilusión e inocencia que alberga la connotación de la palabra Navidad.



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Regreso al presente...

¡Saludos, queridos lectores! Han pasado varios meses desde mi última entrada, pero vuelvo con más ganas e ilusión que nunca, y con la intención de retomar mi hobby favorito de una vez por todas, tras este vasto período de silencio. No os voy a mentir, a punto estuve de tirar la toalla por varias razones. Estaban los exámenes finales, el aislamiento cibernauta que me es impuesto cada verano, etc. Entonces, llegó septiembre y me encontré con que desde finales de abril no había añadido ningún post a mi querido blog… Pero lejos de darlo todo por perdido, regreso con las pilas cargadas del punto y seguido que ha supuesto este verano, y con enormes ganas de seguir compartiendo con vosotros un poco de mí y de las cosas que me conmueven, que me impresionan, que me llaman la atención. Al fin y al cabo, traducir en palabras mis pensamientos e ideas es de lo que más me gusta hacer en este mundo...
Espero que hayáis disfrutado del verano y os agradezco que, a pesar del tiempo que ha pasado desde mi última entrada, sigáis ahí, compartiendo vuestro tiempo con Una pizca de… y conmigo. Ahora empieza otro “semestre” más en la Blogosfera, así que solo me queda decir “¡a por todas!” y despedirme con uno de los geniales vídeos del youtuber “HolaSoyGermán” en el que habla sobre el colegio de una forma un poco diferente a la que estamos acostumbrados… Aunque yo no soy muy fan de los populares canales de Youtube que ahora están tan de moda entre los de mi generación, debo reconocer que Germán analiza las cosas simples de la vida de una forma desternillante, y que sus vídeos tienen esa chispa especial que consigue atraer a los espectadores a la primera... Con ello espero animar un poco desde aquí a todos aquellos que por estas fechas comienzan a retomar su rutina cotidiana: “Come on, we can!” 


jueves, 24 de abril de 2014

Buceando por aguas profundas... y desconocidas

Jamás había prestado especial atención al fenómeno Tarantino. Jamás se me había ocurrido echar siquiera un vistazo a una de sus obras maestras, supongo que debido a sus escenas violentas y a la frecuente aparición de su elemento favorito: la sangre, preferiblemente a raudales. 
Por ello, cuando nos pusieron Django Unchained (Django Desencadenado) en la clase de inglés, no pude evitar sorprenderme y, a los cinco minutos, pegar un salto en la silla. ¡No puede haber tanta sangre en el cuerpo humano! ¡No es posible! 
Las escenas cruentas aparecen por doquier, y más de una vez tuve que apartar la mirada, debido a la explícita y cruda pelea de los mandingos, al ataque despiadado al esclavo fugitivo, a los asesinatos de los criminales, al tiroteo final... Después de todo, ya sabemos que Tarantino no se distingue por defraudar a sus fans con películas suaves y "para todos los públicos"...
Sin embargo, he intentado juzgar mi iniciación al cine de Tarantino (aunque ya haya cubierto el cupo por bastante tiempo) desde otra perspectiva.
La película, a decir verdad, y exceptuando las escenas que evité mirando el reloj de clase, me ha encantado. 


Ambientada en el lejano Oeste americano, este moderno spaghetti western narra la historia del esclavo Django (Jamie Foxx), quien es liberado por un cazarrecompensas, el doctor King Schultz (Christoph Waltz). A cambio, el doctor le pide que identifique a unos criminales, antiguos dueños de Django. Tras asesinar a los delincuentes, pues el perspicaz Schultz prefiere llevarlos muertos que vivos, Django y él se asocian durante el invierno para buscar juntos a los forajidos de la justicia, a cambio de que, después, Schultz ayude a Django a encontrar a Broomhilda (Kerry Washington), su esposa desaparecida. Esta búsqueda les lleva a la mansión de monsieur Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), un desconfiado y sádico terrateniente que se erguirá como principal obstáculo entre Django y su esposa, entre Django y su libertad. 
Ante la duda de si es ésto un simple western de aventuras (como prefiere llamarlo Tarantino, un "southern"), o una crítica al vergonzoso pasado esclavista americano, el director aclara que, en efecto, pretendía hacer ambas cosas: imitar los admirados spaghetti western de Sergio Leone o Corbucci, y, por otra parte, enfrentar a los americanos a lo que fue su propio Holocausto, la esclavitud.
La película ha sido alabada por los mejores críticos, y ya ha recibido dos Globos de Oro y dos Oscar, en las mismas categorías: Mejor Guión y Mejor Actor de Reparto para Christoph Waltz. 
A mí me han gustado especialmente cuatro aspectos que pocas películas consiguen aglomerar: una gran banda sonora, una fotografía impresionante, un guión irónico y brillante, y un reparto de lujo, más que por su fama, por su calidad.
El fondo musical, de gran peso en cualquier film, nos acerca a un verdadero western americano y salvaje, con canciones de Ennio Morricone, Jim Croce, Ray Charles, James Brown... esta mezcla de temas clásicos pero diferentes dota, a la vez, de gran personalidad al film, distinguiéndolo del resto de películas de vaqueros, pues no todos los western contienen una variedad musical tan rica y atractiva.
En lo relativo a la fotografía, es sencillamente magnífica. A lo largo de la cinta se dejan ver montañas nevadas, atardeceres deslumbrantes, plantaciones de algodón inmensas... todo ello supone una explosión de color y belleza que incluso podría compararse con los innovadores filmes de John Ford. El vestuario y la caracterización del lejano Oeste es envidiable, y los inesperados close-up o primeros planos que Tarantino graba para presentarnos a los personajes alimentan la sensación de estar allí, junto a Django (a veces demasiado cerca de Django...)
El guión es lo mejor de la película, sin lugar a dudas, y se merece todos los premios que ha recibido. Tarantino, aunque me parece un fan incondicional de la violencia cinematográfica, he de reconocer que se esmera al escribir sus películas, ya que la ironía, el humor, la inteligencia, y la personalidad se palpan por todas partes, y te dejan, como mínimo, con la boca abierta. Además, cada personaje está desarrollado con una magnífica precisión, ya sea en su forma de hablar, de comportarse, de actuar... Varios ejemplos de ello son el acento alemán del doctor, la incorrecta gramática que hablan los esclavos, las expresiones refinadas de "monsieur" Candie, la actitud hosca de los delincuentes más buscados... Tarantino no da puntada sin hilo, y realmente ha conseguido reflejar con verosimilitud la sociedad del "lejano oeste", creando una de las películas mejor ambientadas que he visto nunca.
Por último, el reparto. Bueno, con solo mencionar el casting ya se explica el enorme éxito de la película: el atractivo Jamie Foxx, el oscarizado Christph Waltz, el tremendo DiCaprio, el veterano  Samuel L. Jackson... todos gigantes de la interpretación.

Aunque vuelvo a decir que el film me resultó muy violento, y que hubo partes que no pude resistir, he de reconocer que, para ser mi primera experiencia con Tarantino, éste me ha parecido extraordinario, y que ésta película quizás suponga un cambio en mi forma de ver cine. Recomiendo Django Desencadenado, especialmente la versión original (siempre por encima de cualquier doblaje), a todos los admiradores de Tarantino; a los que dudan si podrían soportar sus fuertes escenas les digo: ¡son todo muñecos, nadie puede sangrar así! 


jueves, 17 de abril de 2014

Icona Pop

Estos días la calle era salpicada por unos agradables y refrescantes rayos de sol primaverales, estación que ya comienza a palparse a nuestro alrededor. Los días se hacen más largos, la temperatura sube, los largos paseos bajo la brisa del atardecer son más apetecibles, y las fiestas del sábado noche comienzan a aceptar colores más vivos y electrizantes que los grises que vestíamos en invierno... Ese mejunje multicolor que calienta nuestras venas desde el agradable mes de abril, tan temido por los profesores, comienza a multiplicarse y a tomar el control de nuestro cuerpo. ¿Y qué marchoso dúo consigue, con sus ritmos sorprendentes y llenos de energía, animar hasta  las más aburridas pistas de baile? Las recién estrenadas Icona Pop.


Con solo dos discos a sus espaldas, ya se han hecho un hueco en las listas mundiales de éxitos pop, con su "All night" , "Girlfriend" o "I love it", que versionaron las Nancys Rubias con su famoso "Me encanta". 
Y es que, realmente, estas dos amigas suecas sí que lo valen...  
Por un lado, sus canciones son símbolo de la alegría y ganas de pasarlo bien que desata la primavera, con sus ritmos electrónicos, giros inesperados, y ambiente fiestero. Las voces de Aino Jawo y Caroline Hjelt, perfectas rompedoras del silencio, nos despiertan de la hibernación y hacen mover nuestros cuerpos al ritmo de la nueva estación que llega, cargándonos de un renacido optimismo, ilusión y, en fin, de un nuevo bronceado musical para nuestras pieles cada vez más morenas...
Por otra parte, la estética del dúo Icona Pop es electrizante, moderna, y muy a tono con sus dinámicas canciones pop... de hecho, en el videoclip de "All Night", que acompaña a este post, podemos comprobar cómo unos muy diversos bailarines compiten en un colorido concurso por ser los más llamativos, los más originales... todo brilla con estilos diferentes, con peinados distintos y ropas que distan de parecerse. Es todo ello una explosión de personalidad que nos deja con la boca abierta.
Dejémonos llevar, pues, por Icona Pop y su estilo,  muy acorde con esta nueva primavera que nos aguarda, salpicándonos de su sentimiento juvenil y de su grito a la diversidad.





miércoles, 2 de abril de 2014

A favor del cine español

Últimamente he tenido ocasión de sumergirme en el cine español, de la mano de dos geniales películas de comedia: "Tres bodas de más" y "Ocho apellidos vascos".
En la primera, una divertida bióloga debe acudir a las tres bodas de sus ex novios, con el objetivo de quedar bien entre su círculo social. Por el contrario, en la segunda, el "sevillita" más puro de todos debe caer bien a un desconfiado vasco para poder celebrar una boda. 
¿Es realmente el cine español cada vez más decadente o merece la pena darle una oportunidad?

























Nunca fui especialmente partidaria de las películas  españolas. Cada vez que me topaba con una, ya fuera en la tele o en la cartelera del cine, intentaba evitarla. 
Primero descubrí, en las casas de mis abuelos, las que se emitían en Cine de Barrio y databan de los años cincuenta, sesenta. Aun resultando entretenidas, al final me parecieron repetitivas, ya que la mayoría de ellas tenían que ver con enredos amorosos o Escobar y  "Mi carro me lo robaron..."
Más tarde llegaron numerosos dramas poco llamativos que no hicieron más que alejarme del cine español, como El laberinto del fauno, El orfanato, Ágora, Camino... que mostraban una cara bastante triste, seca y deprimente de nuestro arte nacional, y que con solo leer sus sinopsis conseguían desviarme hacia una gran producción hollywoodiense... A la vez que estas películas sin gracia se extendían sin piedad, creció otro fenómeno en lo relativo a la "comedia": Torrente. Precisamente no contribuyó a reparar el daño causado por los dramas que me habían defraudado en mis años de iniciación al cine, ya que, a pesar de contar con buenos repartos, y buenos cómicos, no se puede decir que Torrente refleje con acierto el humor español, puesto que todas las entregas son absurdas, repetitivas, y, particularmente, no me siento demasiado identificada con su estilo soez y facilón.
Y cuando le tocó el turno a Mario Casas y Tres metros sobre el cielo o Tengo ganas de ti, ya desistí completamente. Al margen de que son películas sin fundamento, ya que ni te ríes, ni lloras, ni te sorprendes, es que no consigues entender apenas las conversaciones entre los personajes... 
Finalmente, creo que un buen porcentaje de los españoles acabamos alejándonos de nuestro cine, ya que incluso los expertos afirman que "se pierde más dinero del que se gana" a la hora de hacer una película en nuestro país. No he tenido en cuenta la época, ya lejana, de unos ochenteros Trueba, Almodóvar, Garci... que supusieron un renacimiento del cine español durante los últimos años del pasado siglo. No obstante, como yo no tuve la oportunidad de vivir en aquellos tiempos, no influyeron en mi experiencia cinéfila, por el momento, y no puedo hablar sobre ellos de forma personal. Por otra parte, he de reconocer que, pese a que nunca me gustó nuestro cine, hay un par de "oasis" que disfruté con gusto y quizás me hicieron no perder del todo la esperanza, como La torre de Suso,  reflejo de una conmovedora y variopinta historia de amigos, y quizás Mar Adentro, de Amenábar, que me sorprendió ante la fidelidad a los hechos, su contenido reflexivo y su bella fotografía. Aun así, ya digo que fueron todo lagunas en medio de un panorama cinematográfico que no resultaba para nada atractivo.
Sin embargo cuando, guiada por una recomendación desesperada, di una oportunidad a Promoción fantasma, me quedé con ganas de más comedias de ese estilo, fresco y realmente divertido. Quizás debido a que Raúl Arévalo y el resto del reparto están fantásticos, o a que, por fin, logré entender lo que hablaban los adolescentes del colegio encantado, esa película me resultó muy atractiva. Además, es realmente divertida y, lo más importante para atraer al público, original y con personalidad, y animada por una buena banda sonora... Eso mismo me ocurrió con Tres bodas de más u Ocho apellidos vascos. La interpretación de Inma Cuesta, Paco León, Quim Gutiérrez, Martíño Rivas, y, por otro lado, de Dani Rovira, Clara Lago, Carmen Machi y Karra Elejalde, me entusiasmó y, por qué no, me sorprendió. Cada cual adopta su papel con una admirable actitud camaleónica, y los argumentos no rallan para nada en lo repetitivo o aburrido. Son películas originales, con humor inteligente pero desenfadado, y hechas, en fin, con alegría, y dedicación, que es lo que se pide a gritos en estos años de dificultad económica, revueltas y desencanto general. En mi opinión, lo que necesita la gente es ir al cine y encontrarse con una película española con la que se rían sin parar, y con la que se sientan identificados. ¡Y qué mejor forma que retratando nuestras bodas y nuestras diferentes culturas, que son las que enriquecen nuestra personalidad!
Estoy realmente satisfecha con el cine español de los últimos meses, y espero que continúen sorprendiéndonos con filmes como Ocho apellidos vascos, que ya supera en nuestras taquillas al resto de los estrenos estadounidenses. 


sábado, 29 de marzo de 2014

Caperucita en Manhattan

Hace un par de semanas una buena amiga me recomendó el libro  "Caperucita en Manhattan", redactado por la prolífca y genial escritora Carmen Martín Gaite. Con las expectativas muy altas, comencé a sumergirme en el mundo de la pequeña Sara Allen quien, de la mano de la imaginación y la pasión por viajar a través de la lectura, me consiguió emocionar con sus pensamientos sobre la vida y sus ansias por la Libertad y la aventura.


Sara Allen vive con sus padres en Brooklyn, pero ella no es feliz allí. Se siente sola, encerrada todo el día entre cuatro paredes, y agobiada por su madre, quien jamás se separa de su hija cuando salen de casa. Los únicos respiros de Sara son dos. 
Por un lado, los interesantes libros y regalos que le enviaba cuando era pequeña el novio de su abuela, Aurelio, con los que aprendió a viajar a través de su imaginación a lugares hermosos y lejanos, donde ella era la reina. Además, a raíz de los libros de Aurelio, Sara hasta se inventó su propio lenguaje, las farfanías, que eran palabras sinsentido que expresaban diferentes sentimientos que ella no podía explicar, como la sensación de que iba a pasar algo diferente, llamada, para ella, "miranfú". 
Por otro lado, a la actual Sara de diez años le encanta visitar a su abuela los sábados, quien vive en Morningside, Manhattan, y a la que su madre insiste en alimentar a base de tartas de fresa. La abuela, Rebeca, es una mujer fascinante, aventurera, y valiente, que en su juventud fue conocida por el nombre artístico de Gloria Star, y a la que Sara desea ver algún día cantar mientras llevare puesto el vestido verde de sus antiguos años de esplendor.
Un día, decide escaparse aprovechando la ausencia de sus padres un fin de semana. La pequeña Sara se pierde entonces en el metro, y su salvación llega en forma de la misteriosa miss Lunatic, una anciana que se pasea por las calles de Manhattan con un carrito de bebé, y que dice vivir en la estatua de la Libertad desde el siglo diecinueve. Ambas corren diversas aventuras mientras se conocen en profundidad, y llegan a quererse como si fueran familia. Sara de hecho cree vislumbrar en ella dos caras: la cariñosa miss Lunatic y madame Bartholdi, la bella musa que orienta a Sara en su búsqueda de la ansiada Libertad. 
También conoce al señor Wolf, un solitario empresario que ha conseguido crear "Dulce Lobo", el imperio de la repostería. Sin embargo, el millonario Wolf se siente solo, hasta que conoce a Sara, quien le ayuda en sus propósitos de alcanzar sus sueños.

El libro es, sencillamente, magnético. Consigue engancharte desde que abres las tapas coloradas, hasta que las cierras con una lágrima de emoción. 
Cada personaje está detalladamente descrito con el propósito de explicar cada una de las caras de la vida de Sara, de la vida de una fantástica niña encerrada en un ambiente que poco o nada tiene que ver con ella. La cara de la desesperación por huir de lo monótono, de la admiración y el cariño por los seres realmente queridos, de la lealtad hacia los amigos, de la empatía al que no es feliz, de la aventura, del riego que conlleva ser libre... de esta forma la brillante Martín Gaite va dando diferentes pinceladas con su habilidosa mano hasta formar su increíble libro lleno de enseñanzas, sucedidas en las calles de la sorprendente ciudad de Nueva York, y escondidas bajo un lenguaje bello  e inocente.
Es esta belleza teñida de sencillez a la hora de escribir, lo que permite que sea una lectura para todos los públicos, fácil de entender y preciosa de observar. 
Así pues, os recomiendo, sobretodo a los más jóvenes, que deis una oportunidad a "Caperucita en Manhattan", ya que es seguro que os emocionará.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Los misterios de Laura

La verdad es que casi nunca enciendo la tele tras una larga jornada de trabajo, ni me dejo llevar por la quietud del sofá o por el atrayente sopor que emana de los reconfortantes cojines. Sin embargo, los martes, a las diez y media en punto, hago siempre una excepción, casi obligada. Y es que en La Uno, puntual como siempre y envuelta en su gabardina y en su aura de crímenes imposibles, aparece Laura.
"Los misterios de Laura" se ha convertido definitivamente en una de mis series favoritas. Cada episodio de esta trepidante serie policíaca nos muestra el desenlace de un crimen aparentemente imposible de resolver. Sin embargo, poco a poco, Laura (María Pujalte), cuyo apellido "Lebrel" hace honor a su olfato detectivesco, va consiguiendo las pruebas que necesita para hallar al culpable, siempre con la ayuda de su atractivo compañero Martín (Oriol Tarrasón), de su ex-marido y jefe Jacobo (Fernando Guillén-Cuervo), de Cuevas (César Camino), un experto y tímido informático, y de Lydia (Laura Pamplona), una altiva pero eficaz investigadora. Juntos hacen "piña" y dan respuesta a los casos más complicados. 
La serie es, pues, muy entretenida e inesperada, pues el desarrollo de los acontecimientos casi siempre te deja con la boca abierta. En ello contribuye la hábil actuación de los actores, que consiguen dotar a la serie de una marca y estilo propios: la perspicacia e ironía de Laura, el afán paternalista de Jacobo con sus compañeros,  las torpezas de Cuevas, los chistes de Martín... Otro punto a señalar es la música, siempre desencadenante de la intriga y del misterio, y la introducción, que recuerda a las de las películas de la Pantera Rosa o a las de James Bond...
Por otra parte, la serie consigue acercarse al público que está en el salón, al otro lado de la pequeña pantalla, pues se pone en su lugar siendo Laura a la vez una exitosa policía y una paciente madre de dos traviesos gemelos, teniendo problemas "terrenales" como el divorcio de Jacobo, o manteniendo animadas y divertidas conversaciones con su madre Maribel (Beatriz Carvajal), una mujer directa pero muy protectora con su familia. 
En fin, "Los misterios de Laura" es una serie para ser vista e incluida en el "Top 19" de las series españolas del momento, estando ya en su tercera temporada y habiendo sido cedidos los derechos a otros países para la realización de diferentes versiones de la serie, como en Estados Unidos, por ejemplo.
Aquí os adjunto el link a la página web de la serie, para que podáis descubrir a Laura y sumergiros en los entretenidos momentos que nos hace pasar, pues es una buena oportunidad para echarse unas risas y jugar con nuestro olfato y capacidad de deducción...





domingo, 9 de marzo de 2014

Behind The Candelabra



"Te quiero, no solo por lo que eres, sino por lo que yo soy cuando estoy contigo..."
Al final de la emotiva película "Behind The Candelabra", podemos escuchar unas bellas palabras dirigidas a Scott Thorson de parte de Walter Liberace, el magnífico pianista que, con su estrambótico estilo y cercanía al público, dio un giro de 360 grados al show americano.
La película, dirigida por Steven Soderbergh en 2013, ha sido premiada en numerosas ocasiones recibiendo, por ejemplo, dos Globos de oro, y ha sido alabada al mismo tiempo por multitud de periódicos y críticos de cine. Y realmente es una de las películas que más me han gustado del año pasado, junto a "El Gran Gatsby" o "Gravity".
Con un excelente reparto, incluyendo a Michael Douglas, Matt Damon o Dan Aykroyd, y una impresionante escenografía, reflejo de la opulencia y el lujo que retrata magistralmente Soderbergh, la película consta además de un guión realmente emotivo que,  junto a la virtuosa música del showman Liberace, se gana al público desde el primer momento.
El film, en realidad, no nos relata la vida del gran Liberace, sino la relación que mantuvo con el joven Scott Thorson desde 1977 hasta 1982, mostrándonos pues la cara más decadente del estrafalario pianista "kitsch". Es, pues, una tormentosa historia de amor entre dos personas de dos ambientes completamente diferentes, en un momento en el que estaba mal vista la homosexualidad, y durante el cual Liberace tuvo que finjir que, detrás de esas pieles y anillos de oro, solo había un hombre que todavía no había encontrado a la mujer de su vida.
El film nos presenta la cara menos atractiva de la fama, en forma de adicciones, promiscuidad, encaprichamiento, exceso, dependencia, inseguridad... en la que los personajes están sumidos constantemente, y que terminará siendo la causa de su distanciamiento. Sin embargo, también nos enseña que detrás de los lujos que disfrazaban e influenciaban a Liberace, había realmente una persona cariñosa y enamorada de su compañero Scott, en el que confiaba y el único en el que se apoyó al final de su vida. La película me gustó mucho, pues presenta los temas humanos de una forma magistral: la fascinación, el amor, la confianza, la amistad, el desengaño... que reflejan que la humanidad se sobrepone a la superficialidad solo en el caso de las relaciones verdaderas, en las que no hace falta gestos superfluos para demostrar el cariño o la cercanía. 
Debo decir que los dos protagonistas, Douglas y Damon, llevan a cabo un genial trabajo como Liberace y Thorson, hasta el límite de parecer realmente la verdadera pareja de amantes que intentan imitar. 
Otro punto a señalar es la preciosa selección de música que me llegó literalmente al corazón, y que consigue arrancar un par de lágrimas, sobretodo al final del film, un final, por cierto, espectacular. 
En fin, la película me ha entusiasmado en su totalidad, y de verdad les he cogido un profundo cariño a Liberace y Scott, una pareja representante de todas las pasiones y defectos humanos, que nos enseñan, a su vez, lo que es el verdadero amor. 
Aquí os dejo el tráiler de "Behind The Candelabra" con la esperanza de que os animéis a verla, porque, realmente, no os vais a arrepentir, pues es una película para no olvidar. Antes, sin embargo, os reseño las últimas palabras de la película, en las que se refleja el profundo amor que sentía Liberace por Scott, aun obnubilado por su enorme fama y sus numerosas tentaciones:

¿Por qué te quiero?
Te quiero no solo por lo que eres, sino por lo que yo soy cuando estoy contigo.
Te quiero, no solo por lo que has hecho de tí, sino por lo que haces de mí.
Te quiero por ignorar los posibles defectos que hay en mí, y por aceptar las posibles virtudes que hay en mí.
¿Por qué te quiero?
Te quiero por hacer oídos sordos a la discordancia que hay en mí, y por hacer resonar la música que hay en mí, al escucharme con adoración.
Te quiero por ayudarme a hacer de mi vida un templo, no una taberna.
Te quiero porque has hecho tanto para hacerme feliz; lo has hecho sin una palabra, sin una caricia, sin un gesto... Lo has hecho siendo simplemente tú mismo.
Tal vez, después de todo, el amor sea eso, y por eso, te quiero.